Hace 28 años, tomé una decisión que transformaría mi vida. Tenía solo 19 años y vivía en Argentina con mi familia, cuando mi hermana mayor, que entonces tenía 21, nos anunció algo que me dejó perpleja: «A partir de ahora, no voy a comer más carne ni huevos. Voy a ser vegetariana.»
En ese momento, no sabía casi nada sobre el vegetarianismo. Lo único que sentía era incomodidad cada vez que la veía comer diferente durante los almuerzos familiares de los fines de semana, especialmente en los tradicionales «asados» argentinos. La decisión de mi hermana parecía levantar una barrera invisible entre nosotras y, de alguna forma, en nuestra familia.
Recuerdo un viaje en ómnibus con ella cuando decidí preguntarle directamente por qué había dejado de comer carne. Su respuesta fue impactante: me explicó que para ella, la carne no era solo «comida», sino que representaba animales que habían sentido, que habían sufrido. Me habló sobre la posibilidad de vivir sin consumir productos animales, y su mensaje resonó profundamente en mí, cambiando mi perspectiva de forma irrevocable.
Intrigada por lo que me había dicho, empecé a leer los libros sobre vegetarianismo que mi hermana me prestó. A medida que avanzaba, mi conciencia se expandía. Comprendí que, una vez que tomas consciencia de lo que estás comiendo, es difícil volver a ver la carne de la misma forma. Ya no era solo una palabra; era la representación de un ser que había sido sacrficado sin necesidad.
Con el tiempo, dejé de consumir carne y me convertí en vegetariana. Fue una decisión que marcó el comienzo de un cambio profundo en mí, aunque mi camino hacia el veganismo aún estaba por descubrirse. Pero esa es una historia que dejaré para otra ocasión.
Reflexiones Finales
Mi transformación hacia una dieta vegana no fue solo un cambio en mi alimentación, sino también en mi percepción del mundo que me rodea. A través del conocimiento y la compasión, descubrí que no necesitamos consumir animales para vivir una vida plena y saludable.
Mi viaje hacia el vegetarianismo fue el primer paso hacia una vida más consciente y compasiva, y estoy ansiosa por compartir más sobre mi viaje hacia el veganismo en el futuro. ¡Gracias por acompañarme en esta aventura!
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