El Día Internacional de la Pasta es la excusa perfecta para compartir una de mis recetas favoritas: un pesto casero delicioso y fácil de hacer.
Todo comenzó cuando, un domingo por la mañana, mi hermana Maca me llamó desde España. A pesar de la diferencia horaria (¡5 horas menos que donde vivo!), me despertó con una pregunta que me hizo sonreír: “¿Cómo hago un buen pesto?”
Ella tenía invitados para el almuerzo y quería preparar algo diferente a su clásica salsa de tomate. Nunca había hecho pesto antes y sabía que mi receta siempre es un éxito, así que me pidió que la guiara paso a paso.
Mientras hablábamos, le expliqué lo sencillo que es: mientras cueces la pasta, preparas el pesto en cuestión de minutos.Así que, en honor a esa llamada y a todos los amantes de la pasta, hoy te comparto mi receta de pesto casero. Es tan rápida que, en lo que hierve la pasta, ya tendrás listo este pesto lleno de sabor y frescura. ¡No hay excusas para no disfrutar de un buen plato de pasta en su día especial!
¿Qué hace que un pesto sea perfecto?
La clave para un buen pesto está en la calidad y frescura de los ingredientes. Cada componente aporta un sabor distintivo que, en conjunto, crea una salsa cremosa, aromática y deliciosa. Aquí te explico un poco más sobre algunos ingredientes principales:
- Aceite de oliva virgen extra: Aporta suavidad y une todos los ingredientes. Usa siempre uno de buena calidad, ya que marca una gran diferencia en el resultado final.
- Albahaca fresca: El alma del pesto. Sus hojas verdes y fragantes son esenciales para ese característico sabor fresco y herbal. Siempre usa albahaca fresca, no seca.
- Nueces: Tradicionalmente se usan piñones, pero las nueces le dan un toque diferente, más económico, sin perder textura ni sabor. También son una gran fuente de ácidos grasos saludables.
- Ajo: Un toque de ajo realza el sabor del pesto, pero cuidado con la cantidad. El truco está en picarlo finamente y agregarlo al final para que su sabor sea suave y no domine la salsa.
Pesto Casero en 15 minutos
Mi taza medidora es de 250 ml
Ingredientes para 4 porciones
400 g de espaguetis, preferentemente sin gluten (muchas marcas ofrecen versiones gluten-free)
Abundante agua para cocinar la pasta
Sal al gusto para el agua de cocción
- Pesto Casero
2 tazas de hojas de albahaca fresca (aproximadamente 2 plantas)
1 taza de nueces
2 dientes de ajo
1/4 taza de aceite de oliva virgen extra
1 cucharadita de pimienta negra molida
1 cucharadita de sal
Procedimiento
- Pon a hervir abundante agua en una olla. Una vez que esté hirviendo, añade sal al gusto y luego incorpora los espaguetis.
- Cocina la pasta moviéndola ocasionalmente y sigue el tiempo de cocción que indique el paquete para obtener una pasta al dente.
Consejo: Cada marca de pasta tiene un tiempo de cocción diferente, así que es importante seguir las indicaciones para lograr la textura perfecta. - Mientras la pasta se cocina, es momento de preparar el pesto. Tienes dos opciones: hacerlo de forma tradicional con un mortero o, si prefieres rapidez, usar una procesadora o licuadora.
- Si optas por la procesadora, sigue estos pasos:
– Coloca primero las hojas de albahaca fresca.
– Añade la mitad de las nueces, la sal, la pimienta negra y, finalmente, el aceite de oliva.
– Tritura todo hasta obtener una textura cremosa y homogénea. Si prefieres un pesto más líquido, puedes agregar un poco más de aceite de oliva.
Consejo: El ajo lo añadimos después de triturar el pesto para evitar que el sabor sea demasiado fuerte. Pica los dientes de ajo muy finos y agrégalo manualmente para un toque más suave. - Cuando la pasta esté al dente, escúrrela y colócala en un bol grande.
- Vierte el pesto sobre la pasta y mezcla bien hasta que todos los espaguetis queden cubiertos con la salsa.
- Al momento de servir, agrega las nueces restantes (previamente picadas) sobre cada plato y decora con unas hojitas de albahaca fresca. Esto no solo dará un toque de color, sino que intensificará el aroma del plato.

Espero que disfrutes tanto esta receta como lo hicieron mi hermana y sus invitados en España. El pesto es una opción rápida, deliciosa y saludable para acompañar cualquier tipo de pasta, y lo mejor es que se adapta a diferentes variaciones, según tus gustos y los ingredientes que tengas a mano.
Recuerda que puedes guardar esta receta en el refrigerador por un día si preparas más de la cuenta, y siempre tendrás una salsa casera lista para usar. ¡Feliz Día Internacional de la Pasta!
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